Ley de atracción

¿Sabías que todo lo qué te ha pasado en la vida es atraído por tu mente?
Déjanos decirte que sí, el trabajo, las personas y todas tus vivencias buenas o malas hasta ahora fueron hechas por ti. La mente tiene un mecanismo que hace que todo aquello que pienses se haga realidad. Si aún no tienes idea de este increíble suceso no te preocupes, en este post blog te explicaremos en qué consiste.
La ley de atracción es una de las leyes espirituales que existen. Funciona en torno a nuestros pensamientos y emociones, siendo una fusión perfecta de ellas. Esto es posible gracias a un poder mental que tienes dentro de ti llamado memoria subconsciente. En esta memoria se almacenan todas las cosas que has experimentado en la vida, incluso cualquier estímulo captado por tus cinco sentidos. ¡Qué genial! ¿no?
El pensamiento suele tener un poder asombroso. Lo que significa que existen técnicas que enseñan como atraer cosas positivas. Aquí te mostramos las que nos han ayudado a lo largo de nuestra vida.

Para la subconsciencia no hay diferencia entre la realidad e imaginación.
¡Ojo! aquí entra la importancia de imaginar y traducir nuestros pensamientos positivos en imágenes. Éstas imágenes ingresan a la subconsciencia y se almacenan dentro de ella para finalmente hacerlo realidad. Cuando quieras que algo ocurra, deséalo con todas tus fuerzas y centra todos tus sentidos en ese pensamiento, cierra los ojos, observa como puedes tocar y sentirlo contigo.
Repite lo que quieras atraer y calla lo que no.
¿Cómo funciona este método? El subconsciente le dará lugar a esos pensamientos y le brindará paso a las oportunidades necesarias para lógralo. Es decir, te enfocarás tanto en lo que necesitas lograr que tus ojos verán oportunidades en cualquier lugar.
Recuerda que la ley de atracción funciona porque la mente atrae todo lo que considera verdadero. No importa si es real o falso. Por eso desde hoy cuida los pensamientos que generas. ¿Éstas lista para tu nuevo comienzo?
Luis Manteiga Pousa — January 10 2023
Y a mi que me parece que del subconsciente, por su propia definición, no podemos saber nada, o casi.